El arapaima (Arapaima gigas), conocido también como “paiche”, “pirarucú”, “warapaima”, o “de-chi” es una de las especies más representativas de la fauna ictiológica de la selva amazónica. Su población, sin embargo es tan reducida que se le ha declarado en peligro de extinción, con presencia en el convenio CITES como “especie de comercio restringido”.

Esta primitiva especie, que apenas ha evolucionado desde el Jurásico, puede alcanzar tamaños por encima de los cuatro metros de longitud y doscientos kilos de peso, aunque los ejemplares de dos metros se pueden considerar grandes. Su hábitat es típicamente tropical, desarrollándose a la perfección en aguas de ph´s comprendidos entre 6,5 y 10, y temperaturas de 25 a 30 grados.
Un pez en peligro de extinción
Mucho de ello depende del complejo ciclo natural y la lenta tasa de reproducción de estos animales, considerados únicos en la Amazonía, aunque también, y no menos importante, estaría la irresponsable pesca a la que e ha visto sometido desde el principio de los tiempos. Pesca que se realiza con arpón para consumo y comercialización, pues su carne (compacta, blanca y sin espinas) es muy apreciada.

En la actualidad las poblaciones salvajes de arapaima son mínimas, prácticamente reducidas al delta del Amazonas y algún otro lugar privilegiado e inaccesible. Sin embargo no se teme por la supervivencia de la especie, pues la cría en cautividad, aunque complicada, resulta exitosa.
El arapaima ¿respira aire?
Muchos de los cursos de agua de la selva amazónica son en extremo ácidos, turbios y con escaso contenido de oxígeno. Para compensar tal situación, algunos peces como el arapaima han desarrollado –además de las branquias y a lo largo de miles de años de evolución– un par de pseudopulmones, con los que capturan el oxígeno del aire (de allí los típicos 'boqueos'). De esta forma acceden a un suplemento de oxígeno indispensable para su supervivencia.
El arapaima tiene respiración aérea obligatoria, presentando una cierta atrofia de las branquias en comparación con el desarrollo de la vejiga natatoria (que parece funcionar como un pulmón). Los ejemplares adultos suben a la superficie para respirar en intervalos de quince a veinte minutos, y nunca permanecen sumergidos mas de cuarenta y cinco minutos. Los ejemplares jóvenes tienen una frecuencia de respiración mayor.
