Gambuzias encontre mas enemigos
Publicado: Mié, 04 Ago 2010, 14:58
Aplicando simplemente copy paste, lo bueno es que no estoy solo en mi guerra contra las gambuzias
Por Vanmar y Sesé.
Hace unos días leíamos una noticia acerca del exterminio total y sistemático de un asentamiento de peces en una alberca malagueña ubicada en la Serranía de Mijas. En concreto, cerca de un millar de ejemplares de un pequeño pez conocido como pez mosquito o Gambusia holbrooki (Girad 1859), y que apenas alcanza los seis centímetros, fueron eliminados en un proceso coordinado por la Delegación Provincial de Medio Ambiente y ejecutado por sus técnicos. Esta acción, lejos de ser caprichosa o cruel, respondía a la necesidad de preservar la fauna autóctona de su progresiva y casi segura eliminación por una de las cien especies invasoras más peligrosas del mundo.
El pez mosquito fue introducido en España en 1921 para combatir la plaga de malaria que por aquellos años hacía estragos en nuestro país. Resultó todo un éxito, porque la voracidad de este pez unida a su capacidad de adaptación y supervivencia en los medios más hostiles donde el mosquito de la malaria se reproducía con facilidad, lo convirtió en el arma perfecta contra este dañino insecto. Pero lo que nadie imaginaba es que menos de un siglo más tarde la Gambusia holbrooki se convertiría en la plaga que hoy trae de cabeza a los científicos españoles. En este tiempo, el diminuto pez se ha distribuido por gran parte de la geografía española, desplazando progresivamente a la fauna autóctona.
Gustavo Ródenas (Hanibal)
Esto ha sido así porque su adaptabilidad le permite soportar salinidades superiores al 20 % y temperaturas comprendidas entre los 0 y los 38 ºC, pudiendo vivir en lagunas, pantanos, canales, ríos, estanques, cisternas, pozos, fuentes termales, aguas sulfurosas, etc. Aunque originaria de México y Estados Unidos, en la actualidad se encuentra distribuida por Francia, Italia, Yugoslavia, Albania, Grecia, Hungría, Rusia, etc., donde también se ha convertido en un problema en la mayoría de los casos.
La mejor forma de eliminarlos es la electronarcosis, con descargas eléctricas de entre 400 a 800 voltios durante unos 30 segundos, que dejan a los peces aturdidos para facilitar su pesca. Y es que no sólo es voraz con zooplancton, insectos acuáticos y superficiales y sus larvas, sobre todo las de los mosquitos anófeles, sino que esta especie también se alimenta de caracoles y algas, así como de huevos y alevines de anfibios y otras especies de peces.
Y es que, además de adaptable, estamos ante una especie vivípara tremendamente fértil, que da a luz entre 3 y 6 veces al año y en cada puesta alumbra de 50 a 100 nuevas gambusias, con una proporción de 6 a 12 machos por cada 100 hembras, que a su vez son capaces de reproducirse a los 6 meses.
Javier Marín
No nos extraña esta capacidad de supervivencia y expansión en una especie que además de adaptable y fértil, también sabe contar. Sí, la Gambusia holbrooki sabe contar al menos hasta cuatro, según ha revelado un estudio de la Universidad de Padua.
Como cualquier de cardumen, la gambusia busca formar grupos numerosos para protegerse de los depredadores. El profesor del departamento de psicología general, Christian Agrillo, ha descubierto que si cuando se enfrenta a un individuo a dos grupos diferentes, es capaz de distinguir el grupo de peces más numeroso de los que tiene delante, agregándose a él inmediatamente. Lo más curioso de la lógica de decisión del pez mosquito es que no es capaz de diferenciar si los grupos son de 5 o más miembros, uniéndose indistintamente a uno de ellos a no ser que la diferencia entre ambos sea muy grande, pero si se le presentan grupos de menos de 5 miembros siempre elige el mayor sin titubear. A partir de estas observaciones, los científicos concluyen que esta especie sabe contar hasta cuatro.
Sin embargo, no todo el mundo está preocupado por la invasión de las gambusias. En localidades costeras se alegran de su reciente presencia ya que es muy apreciada como cebo vivo para pesca, calando palangres o espineles de tierra, o montándolas en "ascensor". Según hemos leído en foros especializados, para algunos peces como la corvina o el ródalo son un bocado irrenunciable y su resistencia al anzuelo unida a su capacidad de sobrevivir en medios salobres, así como su fácil recolección con reteles en lagunas y esteros cercanos a la costa, la han convertido en uno de los cebos más usados por los pescadores aficionados.
Elliot Manresa
Es evidente que un remedio natural puede ser mucho más efectivo contra determinadas plagas que el uso de insecticidas. La población de mosquito anófeles se ha reducido en España en un 90 % desde la llegada del pez mosquito. Pero no es menos cierto que la introducción de especies no autóctonas siempre es un peligro. Aparte del ejemplo de la gambusía que estamos comentando, todos tenemos en mente algunos casos de introducción de especies aparentemente inofensivas, como el conejo en Australia o el cangrejo americano en los ríos españoles, que han terminando originando grandes problemas y, en algunos casos, alterando gravemente ecosistemas enteros.
Esperemos que esta noticia sirva para hacernos reflexionar sobre la responsabilidad que tenemos con los animales que cuidamos en casa y que proceden de otras regiones geográficas. Cualquier suelta en la naturaleza de animales vivos no autóctonos puede ocasionar problemas para el equilibrio ecológico en la zona. Está siendo especialmente preocupante el aumento de especies alóctonas de anfibios o reptiles que han sido abandonadas por sus dueños en campo abierto.
fuente http://acuario.drpez.com/acuario12/acuario_notdic8.htm
Por Vanmar y Sesé.
Hace unos días leíamos una noticia acerca del exterminio total y sistemático de un asentamiento de peces en una alberca malagueña ubicada en la Serranía de Mijas. En concreto, cerca de un millar de ejemplares de un pequeño pez conocido como pez mosquito o Gambusia holbrooki (Girad 1859), y que apenas alcanza los seis centímetros, fueron eliminados en un proceso coordinado por la Delegación Provincial de Medio Ambiente y ejecutado por sus técnicos. Esta acción, lejos de ser caprichosa o cruel, respondía a la necesidad de preservar la fauna autóctona de su progresiva y casi segura eliminación por una de las cien especies invasoras más peligrosas del mundo.
El pez mosquito fue introducido en España en 1921 para combatir la plaga de malaria que por aquellos años hacía estragos en nuestro país. Resultó todo un éxito, porque la voracidad de este pez unida a su capacidad de adaptación y supervivencia en los medios más hostiles donde el mosquito de la malaria se reproducía con facilidad, lo convirtió en el arma perfecta contra este dañino insecto. Pero lo que nadie imaginaba es que menos de un siglo más tarde la Gambusia holbrooki se convertiría en la plaga que hoy trae de cabeza a los científicos españoles. En este tiempo, el diminuto pez se ha distribuido por gran parte de la geografía española, desplazando progresivamente a la fauna autóctona.
Gustavo Ródenas (Hanibal)
Esto ha sido así porque su adaptabilidad le permite soportar salinidades superiores al 20 % y temperaturas comprendidas entre los 0 y los 38 ºC, pudiendo vivir en lagunas, pantanos, canales, ríos, estanques, cisternas, pozos, fuentes termales, aguas sulfurosas, etc. Aunque originaria de México y Estados Unidos, en la actualidad se encuentra distribuida por Francia, Italia, Yugoslavia, Albania, Grecia, Hungría, Rusia, etc., donde también se ha convertido en un problema en la mayoría de los casos.
La mejor forma de eliminarlos es la electronarcosis, con descargas eléctricas de entre 400 a 800 voltios durante unos 30 segundos, que dejan a los peces aturdidos para facilitar su pesca. Y es que no sólo es voraz con zooplancton, insectos acuáticos y superficiales y sus larvas, sobre todo las de los mosquitos anófeles, sino que esta especie también se alimenta de caracoles y algas, así como de huevos y alevines de anfibios y otras especies de peces.
Y es que, además de adaptable, estamos ante una especie vivípara tremendamente fértil, que da a luz entre 3 y 6 veces al año y en cada puesta alumbra de 50 a 100 nuevas gambusias, con una proporción de 6 a 12 machos por cada 100 hembras, que a su vez son capaces de reproducirse a los 6 meses.
Javier Marín
No nos extraña esta capacidad de supervivencia y expansión en una especie que además de adaptable y fértil, también sabe contar. Sí, la Gambusia holbrooki sabe contar al menos hasta cuatro, según ha revelado un estudio de la Universidad de Padua.
Como cualquier de cardumen, la gambusia busca formar grupos numerosos para protegerse de los depredadores. El profesor del departamento de psicología general, Christian Agrillo, ha descubierto que si cuando se enfrenta a un individuo a dos grupos diferentes, es capaz de distinguir el grupo de peces más numeroso de los que tiene delante, agregándose a él inmediatamente. Lo más curioso de la lógica de decisión del pez mosquito es que no es capaz de diferenciar si los grupos son de 5 o más miembros, uniéndose indistintamente a uno de ellos a no ser que la diferencia entre ambos sea muy grande, pero si se le presentan grupos de menos de 5 miembros siempre elige el mayor sin titubear. A partir de estas observaciones, los científicos concluyen que esta especie sabe contar hasta cuatro.
Sin embargo, no todo el mundo está preocupado por la invasión de las gambusias. En localidades costeras se alegran de su reciente presencia ya que es muy apreciada como cebo vivo para pesca, calando palangres o espineles de tierra, o montándolas en "ascensor". Según hemos leído en foros especializados, para algunos peces como la corvina o el ródalo son un bocado irrenunciable y su resistencia al anzuelo unida a su capacidad de sobrevivir en medios salobres, así como su fácil recolección con reteles en lagunas y esteros cercanos a la costa, la han convertido en uno de los cebos más usados por los pescadores aficionados.
Elliot Manresa
Es evidente que un remedio natural puede ser mucho más efectivo contra determinadas plagas que el uso de insecticidas. La población de mosquito anófeles se ha reducido en España en un 90 % desde la llegada del pez mosquito. Pero no es menos cierto que la introducción de especies no autóctonas siempre es un peligro. Aparte del ejemplo de la gambusía que estamos comentando, todos tenemos en mente algunos casos de introducción de especies aparentemente inofensivas, como el conejo en Australia o el cangrejo americano en los ríos españoles, que han terminando originando grandes problemas y, en algunos casos, alterando gravemente ecosistemas enteros.
Esperemos que esta noticia sirva para hacernos reflexionar sobre la responsabilidad que tenemos con los animales que cuidamos en casa y que proceden de otras regiones geográficas. Cualquier suelta en la naturaleza de animales vivos no autóctonos puede ocasionar problemas para el equilibrio ecológico en la zona. Está siendo especialmente preocupante el aumento de especies alóctonas de anfibios o reptiles que han sido abandonadas por sus dueños en campo abierto.
fuente http://acuario.drpez.com/acuario12/acuario_notdic8.htm